Durante mi estancia en Cuba, yo tenía permiso de residencia y de trabajo, sin embargo mi novia Elena me acompañó con visado de turista. Este visado tiene vigencia de 1 mes, prorrogable otro mes más y después, otro tercer mes más. Después de estar con visado de turista sin abandonar la isla, tendrás que salir y volver a entrar para volver a repetir el procedimiento. En nuestro caso pasamos un fin de semana en Miami, que era lo más económico. Pero ¡cuidado! si vuelves a Cuba desde EEUU tienes que pagar obligatoriamente el visado de EEUU para Cuba, y este cuesta $100.

Lo primero es enterarse qué Oficina de Inmigración te corresponde, de acuerdo al barrio en el que estés viviendo. Una manera es preguntando a gente por la calle, policía o en los hoteles de la zona. Estas oficinas aparecen en el mapa de la app Maps.me.
¿Qué te piden en la Oficina de Inmigración para renovar el visado? Tienes que tener TODO lo siguiente para poder renovar el visado:
- Seguro médico privado que te cubra todo el periodo de tu estancia.
- Factura del hotel o en su defecto del alquiler de la casa en la que te estés alojando. Los arrendadores tienen un libro que cada mes debe ser firmado tanto por él como por el arrendatario, donde aparece un código y el importe del arrendamiento. Es esa copia la que hay que entregar.
- Pasaporte en vigor.
- Visado con el que se ha entrado al país.
- Sellos por valor de 20 CUC. Estos sellos se compran en cualquier Banco Financiero Internacional (BFI).

Recomiendo hacer esto con al menos dos o tres días de antelación al vencimiento del primer visado, ya que pueden darse distintos imprevistos en la Oficina de Inmigración, como que por ejemplo ese día sólo abran de 9 de la mañana a 12, y no te dé tiempo a renovarlo.
Otro dato a tener en cuenta es ir, tanto al banco como a la Oficina de Inmigración, con mucha paciencia. En Cuba la gente está acostumbrada a esperar para que las atiendan y los empleados trabajan con muuucha calma. Cada vez que Elena tenía que ir a renovar su visado se tiraba una media de 2 horas en el banco y otras 2 o 3 horas en inmigración.
Las colas en Cuba son especiales, no vas a encontrarte una fila india de personas esperando ordenadamente su turno, sino un grupo desperdigado de personas sin orden alguno. Al llegar hay que preguntar «¿último?» y cuando te responda el que está el último asegúrate de preguntarle «¿detrás de quién va?» porque de lo contrario esa persona detrás de la que esperas puede cansarse de esperar e irse, y entonces no tendrás ni idea de qué orden seguir.
Otra cosa bastante importante es la vestimenta a la hora de ir al banco. No te permiten entrar con pantalón corto, bañador, chanclas ni camiseta de tirantes. Puedes hacer 2 horas de cola para que en la puerta te digan «así no puedes entrar«, y eso después de haber estado esas 2 horas en las narices del vigilante de la puerta sin que te diga nada, como le pasó a Elena en una ocasión.